jueves, 23 de septiembre de 2010

Invictus: nunca vencido, siempre victorioso




Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley es el autor de este poema. Nació en Inglaterra en 1849 y siendo niño la tuberculosis le dejó, entre otras secuelas, la amputación de una pierna, circunstancia que hizo que su amigo el escritor Stevenson, autor de La isla del tesoro, se inspirara en él para crear el personaje del pirata John Silver.
Escribió obras de teatro, fue critico y editor, pero pasaría a la historia de la literatura inglesa como poeta, siendo la más conocida de sus poesías esta de Invictus, un poema que habla de libertad, de resistir, de soledad, de esperanza...….escrito por un hombre al que de niño le tocó vivir con una minusvalía que le hacía diferente al resto y posiblemente le condicionó el resto de su vida, y que yo conozco por ser el que se recitaba a si mismo Nelson Mandela, para poder resistir, mientras estuvo encarcelado por defender sus ideas en contra del racismo y el apartheid.
Un precioso poema para leer y, en nuestras batallas personales del día a día, procurar hacer propia su esencia.

2 comentarios:

Gustavo D´Orazio dijo...

LOLA, ME ATRAPO Y MUCHO ESTE POST. SER CAPITAN DE NUESTRO DESTINO...PESE A TODO. POR OTRA PARTE, QUE POTENTES LOS VERSOS Y EL COROLARIO DE TU REFLEXION. ERES UNA LUCHADORA...Y AYUDAS A PENSAR CON ESTAS IDEAS. UN FUERTE ABRAZO.

Lola dijo...

Me alaga eso de ser una luchadora, pero creo que eres demasiado generoso en tu apreciación...si acaso, no más que tantas otras personas que con su trabajo y esfuerzo han de tirar pá delante a diario, con momentos de satisfacción o desesperanza, días luminosos o grises.....como imagino le pasa a la mayoría, y bueno, como a la mayoría, no me desagrada que me regalen los oídos. Gracias, un abrazo. Lola.