domingo, 21 de septiembre de 2008

EL LÁPIZ DEL CARPINTERO - Manuel Rivas -

"Tanta pasión y tanta melodía
tenías en tus venas apresada
que una pasión a otra pasión sumada
ya en tu breve cuerpo no cabía." -Faustino Rey Romero-

"En la Antigüedad no se sabía cómo nacían las abejas. Los sabios, como Aristóteles, inventaron teorías disparatadas. Se decía, por ejemplo, que las abejas venían del vientre de los bueyes muertos. Y así durante siglos y siglos. Y todo esto, ¿sabe por qué? Porque no eran capaces de ver que el rey era una reina. ¿Cómo sustentar la libertad sobre una mentira semejante?..."

"El escenario del manicomio era estremecedor......Lo que impresionó al pintor fue la mirada de los que no miraban. Aquella renuncia a las latitudes, al absoluto deslugar por el que caminaban...."

"Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo:
cultivo una rosa blanca." -José Martí.-

"El monte es como un lienzo. Fíjate. Pintan sobre tojos y zarzas. Las espinas son las mejores pinzas de las lavanderas. Ahí va. La larga pincelada de una sábana blanca. Dos trazos de calcetines rojos. El temblor liviano de una lencería. Extendida al clareo, cada pieza de ropa cuenta una historia..."
"Alírio parecía ser el más libre. De niña, Marisa pensaba que las estaciones eran en parte una creación de aquel jardinero tan callado que parecía mudo. Apagaba y encendía colores, como si en el jardín tuviese una mecha invisible bajo tierra que uniese bulbos, árboles y plantas. El amarillo nunca se apagaba. El decreto del invierno extinguía las últimas luces doradas del rosal chino. Pero era entonces, en aquella atmósfera fúnebre, cuando maduraban los limones y surgían las ánimas con miles de candelas entre la fronda de las mimosas. Y al tiempo que florecía en chispas la flor el bravo tojo de los montes y la retama, prendían los ramos de la forsitia. Y después brotaban ya en el suelo las lámparas de los primeros lirios y narcisos. Hasta que en la primavera reventaba el esplendor de la Lluvia de Oro. Era Alírio quien cuidaba de la iluminación con su encendedor.
A Marisa le maravillaba el diagnóstico sentimental con que resumía el estado de los árboles, cosa que sólo hacía en momentos imprevistos, como si escribiese una receta en el aire. ¡Esas hojas pálidas! El limonero tiene melancolía. El rododendro está simpático. El castaño tiene la respiración claudicante….!Este jardinero es un catedrático! ¡Un sabio! Y luego Daniel dijo pensativo: Los árboles son sus ventanas. Te está hablando de él...."

"Marisa le pareció hermosísima, como las camelias a punto de caer...."

“Pero si me paro un momento, si consigo
cerrar los ojos, los siento a mi lado
de nuevo, aquellos que he amado: viven conmigo….” -Antero de Quintal-

1 comentario:

Sarah dijo...

Bonito blog. A mí también me gusto mucho el lápiz del carpintero. Un saludo