sábado, 31 de julio de 2010

...más cine por favor...

Es curioso pasear por una página de carátulas de películas de cine, al menos eso me ha parecido a mí estos días en que lo he hecho. Y, si en una ocasión comparaba las piezas de un puzzle con la gente con la que nos cruzamos en nuestra vida, en esta ocasión podría hacer lo mismo con las películas.
Están esas que nos hacen sonreír por lo que nos emocionaron, nos divirtieron, con las que nos sentimos identificados, incluso por lo que aprendimos con ellas. Otras que prometían mucho por lo que nos hablaron de ellas pero que luego nos dejaron un tanto decepcionados. Las que queríamos ver porque ya leímos el libro pero nunca nos decidimos, tal vez para no decepcionarnos al comparar, por lo mucho que nos gusto la lectura, o las que pertenecen al grupo contrario, las que vimos y aún pretendiendo leer el libro, que dicen, siempre es mejor, acabamos adornando la estantería con un tocho con el que de cuando en cuando nos tropezamos para quitar el polvo. Hay otras que, aunque no recordemos con detalle la trama, nos traen a la memoria la melodía que tanto nos gustó, el tema que sonaba en una escena, lo que sentimos en aquel momento. Otras que no vimos pero que nos desplazan al momento que vivíamos cuando la proyectaron, incluso a los acontecimientos externos a nosotros mismos que quedaron asociados en un mismo tiempo. También las hay que nos hacen plantearnos problemas, enfermedades, dolores que nunca tuvimos pero que forman parte de la vida y por tanto del ser humano, o todo lo contrario, situaciones, viajes, amores, vidas a las que, para bien o para mal, no tenemos ni tendremos acceso nunca.
Por circunstancias, últimamente no veo mucho cine, al menos no cuando lo estrenan, pero sin duda si hay una forma de dejar de pensar en uno mismo, esa es metiéndose, desde la butaca de un cine, en los problemas, los éxitos, los amores....las vidas de unos personajes de ficción con los que podemos reír y llorar...según nos pille.

miércoles, 21 de julio de 2010

“¡Ser o no ser: He aquí el problema!

Llevo un par de días intentando recordar a que obra pertenecía la frase: "....tal vez soñar", que puse de título a lo que escribí antes que esto y al final he tenido que acudir a san google para descubrir que pertenece a Hamlet de William Shakespeare, obra que no he leído pero que tal vez merezca la pena buscar.
Dejo unos párrafos que lo confirman.

"¿Qué es más levantado para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? ¡Morir..., dormir; No más!

¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne!

¡He aquí un término devotamente apetecible!

¡Morir..., dormir! ¡Dormir!...¡Tal vez soñar!

¡Sí ahí está el obstáculo! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos librado del torbellino de la vida!

¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio!

Porque ¿Quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas del amor desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente mérito recibe del hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete?

¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si no fuera por el temor de un algo, después de la muerte, esa ignorada región cuyos fines no vuelve a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos? Así la conciencia hace de todos nosotros unos cobardes; y así los primitivos matices de la resolución desmayan bajo los pálidos toques del pensamiento, y las empresas de mayores alientos e importancia, por esa consideración, tuercen su curso y dejan de tener nombre da acción.”



Hamlet de William Shakespeare

lunes, 19 de julio de 2010

...tal vez soñar



Porque la mente humana tiene recursos insospechados, tanto para hacer sufrir como para evitar un sufrimiento innecesario, se puede intentar justificar algunas carencias pensando que posiblemente no se está preparado para tener eso que deseamos y que sólo llegará cuando sea el momento….

Soñé que tus manos acariciaban mi cara, que tus ojos buscaban los míos, que me veías reír y llorar, que escuchabas con una sonrisa las mil razones que doy cuando tengo la seguridad de tener razón, que admirabas la serenidad con que afronto temas que a otros hacen perder los nervios, soñé que me despertaba con tu mano recorriendo mi espalda, o tal vez la mano era la mía y la espalda acariciada era la tuya….no sé, pero te soñé feliz y me sentí feliz…..luego desperté y me pregunté cuantas caricias estamos perdiendo en el camino, si no hay otra forma de coincidir más que cuando se está preparado para ello o si la esperanza es como una droga que aplaca la tristeza y la impaciencia de quien no puede tener lo que quiere.....comprendí que no había una sola respuesta, ni un único estado de ánimo; que soñar puede ser bueno pero también malo, que la esperanza no es el amuleto que hace reales nuestros deseos, que unas veces negaré sueños y esperanzas y otras serán el motor que impulse mi andar.....

domingo, 11 de julio de 2010

Más nostalgia.



ainssss....éramos tan jóvenes.....pero bueno, ahora tengo un perro que se alegra siempre que me ve.

Lole Y Manuel - Un Cuento Para Mi Nino



No sé como he llegado hasta este vídeo, bueno, si lo sé, basta con ir pinchando de aquí para allá y llegas, pero el caso es que hacía tiempo que no escuchaba nada de Lole y Manuel, y mira que en una época me hacían compañía en cualquier parte, si no escuchándoles, cantando sus canciones...porque me las sabía todas. Lo que me lleva a darme cuenta lo fácil que resulta evocar y volver mentalmente a sitios y momentos pasados por medio de la música.
En este caso la imagen es de una chica vestida con pantalón corto, camiseta de tirantes y sandalias, en una bicicleta, pedaleando camino de su trabajo. Como a unos trescientos metros antes de llegar, junto a la carretera había un rosal del que durante un tiempo, no sabría decir cuanto, brotaban rosas rojas para alegrar las mañanas de quien quisiera verlas. Era una imagen preciosa que siempre le llevaba a una canción y, a pesar de que ahora que leo la letra me doy cuenta de que no hay rosas "entre las flores más bellas", para siempre el recuerdo de aquellas rosas irán unidas a la frase "rojo como los labios de quien yo sé"....y cuando como ahora aparezca la frase, con ella estará una chica pedaleando camino de su trabajo, cantando y pensando en los labios rojos de quien yo sé.

Definitivamente me estoy haciendo muyyy mayor....me saltaron las lagrimas mientras escuchaba este "cuento para mi niño".


Erase una vez, una mariposa blanca
que era la reina de todas las mariposas del alba.
Se posaba en los jardines
sobre las flores más bellas
y le susurraba historias al clavel y a la violeta.
Feliz la mariposilla,
presumidilla y coqueta,
parecía una flor de almendro
mecida por brisa fresca...
Mas llegó un coleccionista,
mañana de primavera,
y sobre un jazmín en flor
aprisionó a nuestra reina,
la clavó con alfileres
sobre cartulinas negras
y la llevó a su museo de breves bellezas muertas.
Las mariposas del alba lloraban por la floresta.
Sobre un clavel se posó
una mariposa blanca
y el clavel se molestó,
blanca la mariposa y rojo el clavel,
rojo como los labios .... de quién yo sé

Preguntas a altas horas de la mañana

¿Quién decide el lugar al que pertenecemos?
¿Nosotros, los demás?
Nuestros miedos, inseguridades, atrevimientos, seguridades, decisiones….¿nos acercan o nos alejan de ese “lugar”?
¿Se puede perder la vida buscando o la vida sin buscar se pierde?




Esta noche como siempre olía a jazmín….ya estoy en casa.

viernes, 9 de julio de 2010

No hace mucho tiempo

antes de empezar la película en el cine ponían un anuncio en el que aseguraban que la afición a la lectura se aprende por imitación. El caso es que cuando lo escuchaba mi hijo siempre me susurraba: no siempre, verdad? Y sabía de lo que hablaba porque, a pesar de que desde siempre me haya puesto un poco pesada con lo importante que es leer, a pesar de que desde pequeños les leía lo que pensaba era interesante para ellos, a pesar de otros tantos pesares, nunca he conseguido que disfruten leyendo.
Pero claro, también a pesar de mi fracaso había que seguir intentándolo y en esta ocasión les plantee, y ellos aceptaron, hacer pequeñas lecturas, primero individuales y luego en común, para terminar con un comentario de lo leído, de esta forma, pensé, al tiempo que leen puedo comprobar la comprensión lectora que tienen, como redactan (porque también incluía hacer un resumen escrito) y como andan de ortografía.
El libro elegido (de forma nada democrática para evitar demoras por falta de acuerdo) ha sido “Déjame que te cuente” de Jorge Bucay, por lo que terminamos comentando la moraleja de cada cuento, lo que nos permite tener un rato de conversación y de paso me sirve para “dar la charla” sin que me digan: ¡ya me estas dando la charla! Lo cierto es que hay veces en que tengo la sensación de que con el ritmo de vida que llevamos, la gente en general digo, los padres no tenemos tiempo de escuchar lo que piensan nuestros hijos, ni ellos lo que pensamos nosotros y nos limitamos a dar normas de comportamiento y convivencia, que por supuesto son importantes, pero no lo son todo.
Y bueno, hasta ahora funciona bien, en los primeros cuatro cuentos ya nos hemos reído al encontrar similitud con comportamientos de alguno de nosotros….y nada mejor que la risa para unir a las personas.