lunes, 24 de mayo de 2010

Ni medio llena, ni medio vacía

Siempre fui una "negá" para esto del internete, pero he de reconocer que para quienes lo utilizan como medio de trabajo se ha convertido en algo imprescindible y para los que como a mí, simplemente nos entretiene un rato, si no imprescindible, si que nos ayuda a conocer cosas a las que de otra forma no tenemos acceso. Hablo de información, cultura, música, etc.

Ane Brun era una mujer completamente desconocida para mí hasta que hace unos días la encontré en un blog. Me gustó, la busqué en el "yutube" ese que lo tiene todo y ahora no hago más que ponerla, no se lo que dicen las letras de sus canciones, pero tiene una voz y unas melodías preciosas.
Al parecer, el que yo no la conociera (guiño a mi misma) no influyó para que haya estado actuando en España y precisamente cantara el tema de Alfonsina, otro de mi descubrimientos en la red.

El caso es que hoy no se si estoy optimista o pesimista porque igual me alegro pensando en lo bueno que es haber podido acercarme a cosas nuevas, que me entristezco pensando en la cantidad de cosas que nunca podré conocer. En fin, dejo la dirección por si alguien que lea esto siente curiosidad y para poder volver a visitarla yo misma.

http://www.youtube.com/watch?v=MVx9Wde-aw8




TheGardenWindow. Daniel F. Gerhartz

martes, 18 de mayo de 2010

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-La tristeza, la alegría, la rabia, el amor....cualquier sentimiento se vive de forma diferente por cada uno de nosotros, por lo tanto no podemos saber como lo siente otra persona.
-Las mismas palabras no hieren igual dichas a un niño, a un joven o a un adulto.
-Sufrir por lo que puedan estar sufriendo otros es un sufrimiento inútil porque no alivia dolor, sólo suma.... aunque a veces sea inevitable.

Y si todo eso no fuera suficiente....¿cómo puede ayudarse a quien lo necesita si nosotros mismos necesitamos que nos ayuden?



Hace unos días me ayudó mi hija para hacer la cama y al terminar puso los cojines y me preguntó: ¿sabes que te falta para que esté perfecta?
¿qué? pregunté yo.
Un oso de peluche.

Eso me hizo pensar que nunca nadie me ha regalado un oso o cualquier otro peluche, y me quedé pensando lo equivocados que andan todos los que creen que soy lo que aparento.

martes, 11 de mayo de 2010

Mi admiración


Bolsa de basura con la manzana sana dentro.
Lectura que cada vez se hace más difícil porque la letra es más pequeña.
Piscina con agua sucia y plantas en el borde que dificultan la entrada, única forma de salir, pero que supone ser visto en esas circunstancias.
Temor a no aprobar un examen.

Cuando el incentivo que se tiene fuera del trabajo es seguir trabajando. Tristeza.
Ciudad Juárez. Miedo, peligro.
Albert Espinosa. Admiración, simpatía.
Este año he descubierto que la primavera es algo más que estornudos y lagrimeos.
Estrellas del cinturón de Orión (las tres Marías)
Betti Cariño. Nos tienen miedo porque no les tenemos miedo. Admiración, rabia.
Belleza interior. Ja ¿Quién lo dice?
Las cuatro estaciones de Vivaldi. Emoción, belleza.
¡Adiós guapa! ¿….?
Ataques especulativos y especuladores. No entiendo nada.
Sensibilidad química múltiple. Dolor, miedo.

Avatar. descenso o encarnación de un dios). m. Fase, cambio, vicisitud. U. m. en pl. || 2. En la religión hindú, encarnación terrestre de alguna deidad, en especial Visnú. || 3. Reencarnación, transformación.

Dádiva. . Cosa que se da gratuitamente. || acometer con ~. fr. Intentar o pretender cohecho o soborno.

Mantra. En el hinduismo y en el budismo, sílabas, palabras o frases sagradas, generalmente en sánscrito, que se recitan durante el culto para invocar a la divinidad o como apoyo de la meditación.

Barruntar. Prever, conjeturar o presentir por alguna señal o indicio.

Vehemente. Que tiene una fuerza impetuosa. Un discurso vehemente. || 2. Ardiente y lleno de pasión. || 3. Dicho de una persona: Que obra de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos.

sábado, 1 de mayo de 2010

Cuando Duque no es un título ni el seudónimo de un personaje de película


Yo siempre he asegurado que no se puede tener perro cuando se vive en un piso, y no porque pensara tener uno y eso me lo impidiera, no es eso, de hecho, nunca he querido tener uno. Es más, tenía como un miedo que me erizaba el bello cada vez que uno me ladraba o simplemente se me acercaba, y eso desde que, de niña, un pastor alemán incitado por su dueña, otra niña, me hizo correr un rato.

Pero eso era antes, lo del miedo digo, porque ahora, superado el miedo, sigo pensando que no se puede tener perros en un piso, aunque lo tenga porque mis hijos me insistieron tanto, tanto, que eso, unido a la conspiración de la dueña de los padres de la criatura perruna(¿una amiga?) y a la blandura de mi corazón ( a lo permisiva que soy, según otra amiga) me hizo aceptar al más guapo de una camada de cinco cachorros, y eso desoyendo a las buenas amigas que me advertían que, por mucho que para convencerme aseguraran que no tendría que preocuparme para nada de los cuidados del animalito, acabaría siendo yo la responsable del perro.
Conste que lo de guapo no lo digo sólo yo, lo dice todo el que se cruza con el perro, y debe ser cierto, porque también dicen que es muy simpático y de todos es sabido que los perros acaban pareciéndose a los dueños (ejem, ejem ) ¿o era al revés? …bueno, qué más da, si de una forma u otra yo acabo siendo guapa y simpática, je, je.

El caso es que después de apenas un mes de tener al cachorro en casa, me quedó la obligación de sacar dos o tres veces al día al animalito, y no para que meara y cagara, lo sacaba después de que lo hiciera dentro, porque lo hacía donde y cuando le daba la gana.
A los dos meses, cuando estaba de los nervios con tanto salir cuando no quería salir y pasear cuando no quería pasear y andaba ya malamente conmigo misma y con “la bestia”, recordé una secuencia de la película “no sos vos, soy yo” en la que el protagonista después de sufrir un desengaño amoroso decide adoptar un perro pensando que sería un buen anzuelo para atraer ligues, por aquello de que a las mujeres nos gusta ver el lado tierno de los hombres, o simplemente porque se acercaran a ver al perro, y me dije: Lola, no hay mal que por bien no venga, es tu oportunidad de conocer hombres con tu misma “afinidad” hacia los perros.

Pero ni por esas, para empezar, son más las mujeres que pasean a sus perros y los hombres que lo hacen se dividen en dos grupos: los que acompañan a perros "pequeños" que ya se sabe que pasean al perro de su señora (..con perdón) y los que llevan perros "grandes" (fijarse en los conocimientos de razas que poseo), esos a su vez se dividen en otros dos grupos, los que llevan perros con cara de asesinos, que suelen ser chicos jóvenes y el resto que más pronto que tarde empiezan a hablar en plural, que si nosotros esto, que si nosotros aquello (¿será el perro y él?) pues no, acaban aclarando “Mi mujer” esto, mi Mujer aquello. Yo entonces, para que no crean que mis intenciones son las que son, saco a relucir a mis hijos como diciendo: “si yo ya tengo quien me quiera y a quien querer”.

Hace unos días vimos un cachorrito precioso y mi hijo, bromeando, le dijo a la dueña si se lo cambiaba. No le di tiempo a responder….!Ni de broma! ahora que casi lo tenemos educado a no mear fuera del tiesto, quiero decir, dentro de casa, ahora que ya ha rosigado parte de una mesa, su caseta, la colchoneta donde duerme, cuatro o cinco peluches, dos cacharros de beber agua, un sinfín de calcetines, dos pares de zapatillas, una pelota de reglamento y dos de silicona……¿empezar otra vez? pos va ser que no. Además, que el jodío, a pesar de los pesares, se va haciendo querer. Por lo demás, en la peli, la técnica del ligoteo acaba funcionando con la veterinaria.

PD: Si hay algún veterinario interesado en ampliar clientela puede ponerse en contacto conmigo en el teléfono 696906969. También puede uno/a reírse de sí mismo/a con esto que he encontrado....muy bueno, jeje.